domingo, 6 de mayo de 2012

RESUMEN DEL VIDEO VISTO EN CLASE

El video visto en clase , como era logico hablaba sobre la seleccion natural pues es este el tema que estamos viendo , en el video nos hablaron hacerca de darwin y las ideas erroneas que existian antes de el , por ejemplo se creia que las especias cambiaban por necesidad , tal como decia lamarck que las jirafas habian desarrollado un cuello largo por la necesidad de alcanzar hojas en los arboles mas altos , Darwin demostro que no era asi , que las especies mutaban por factores como la reconbinacion genetica y adquerian nuevas caracteristicas y si estas resultaban beneficas , sobrevivirian y si no moririan ,Darwin tambien cuestiono que todo fue creado por un dios y que todo siempre ha sido igual , por eso mismo tenia a la iglesia en su contra .
Darwin dio a conocer sus resultados sobre investigaciones de la evolucion , diciendo asi que nosotros provenimos de los primates , Darwin fue vivtima de una serie de burlas provocadas por estas declaciones , y hasta la fecha existe gente ignorante que se niega a creer esto.
En el video se hacen notorios una serie de errores por parte de los participantes en este mismo pues avecez mensionan ideas previas como lo anterior mencionado sobre lamarck y desde mi punto de vista esto es uno de los factores que intervienen para que la poblacion cada dia se confunda sobre estos temas pues al igual que en el video existen libros y revistas que mencionan ideas previas y lo unico que hacen es confundir.

LIBROS LEIDOS

                   TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA
                   Libro Segundo. “De las Pasiones” (David Hume)
     

Las percepciones de la mente pueden dividirse en impresiones e ideas, las impresiones se dividen en originales y secundarias; ó de sensación y reflexión. Impresiones originales o impresiones de sensación son las que, brotan del espíritu sin ninguna percepción antecedente, originadas por la constitución del cuerpo (sentidos, dolores y placeres corporales). Mientras que las Impresiones secundarias o reflexivas son aquellas que proceden de las originales o de la interposición de su idea (las pasiones y otras emociones semejantes). El placer y dolor corporales son el origen de varias pasiones cuando son sentidas y consideradas por el espíritu, pero surgen originalmente en el alma o en el cuerpo; un acceso de gota produce una larga serie de pasiones, como pena, esperanza, temor; pero se deriva de una afección.
      Las impresiones reflexivas pueden dividirse en dos géneros: el tranquilo y el violento. Del primer género es el sentimiento de la belleza y fealdad en la acción, composición y objetos externos. Del segundo son las pasiones de amor y odio, pena y alegría, orgullo y humildad. Esta división no es exacta. Los arrebatos de la poesía y la música alcanzan frecuentemente la más grande intensidad, mientras que las impresiones propiamente llamadas pasiones pueden reducirse a una emoción tan tenue que llegan a ser en cierto modo imperceptibles.
      Las pasiones se separan también en dos ramas, pasiones directas (que nacen inmediatamente del bien o el mal, del placer o el dolor), pasiones indirectas (que proceden de estos mismos principios, pero mediante la combinación con otras cualidades, como el orgullo, humildad, ambición, vanidad, amor, odio, envidia, piedad, malicia y generosidad, por ejemplo: el deseo de aversión, pena, alegría, esperanza, miedo, menosprecio y seguridad).
      Todos los objetos agradables relacionados con nosotros por una asociación de ideas e impresiones producen orgullo, y todos los desagradables, humildad. Estas limitaciones se derivan de la naturaleza real del asunto.
      I. Si suponemos que un objeto agradable adquiere una relación con el yo, la primera pasión que aparece es alegría, y esta pasión presenta una relación más simple que orgullo o vanagloria. Cuando los objetos agradables no poseen una relación íntima con nosotros la poseen con respecto a otra persona, y esta íntima relación no solamente supera a la primera, sino que la destruye. Todo lo que se halla relacionado con nosotros y produce placer o dolor, produce igualmente orgullo o humildad. Se requiere una relación más íntima que la necesaria para la alegría.
      II. La segunda limitación es que el objeto agradable, se debe relacionar íntimamente, y de hecho debe pertenecer a nosotros mismos, o por lo menos ser común a nosotros y a unas cuantas personas. Todo lo que se presenta frecuentemente y a lo que estamos acostumbrados, pierde su valor para nosotros, por lo que es despreciado y descuidado
      III. La tercera restricción es que el objeto placentero o doloroso tiene que ser muy claro y manifiesto, y no sólo para nosotros mismos, sino también para los otros. Esta circunstancia, como las dos precedentes, ejerce un efecto sobre la alegría y sobre el orgullo. Nos imaginamos más felices y también más virtuosos o hermosos cuando aparecemos como tales a los otros, pero hacemos aún más ostentación de nuestras virtudes que de nuestros placeres.
      IV. La cuarta restricción se deriva de la inconstancia de la causa de estas pasiones y de la breve duración de su enlace con nosotros mismos. Lo que es casual e inconstante produce una alegría pequeña y un orgullo aún menor. No nos satisfacemos mucho con la cosa misma, y somos aún menos aptos para sentir algún nuevo grado de satisfacción de nosotros mismos con respecto a ella.
      V. Las reglas generales tienen una gran influencia sobre el orgullo y la humildad, como sobre todas las otras pasiones. Por esto nos formamos una noción de las diferentes clases de los hombres según el poder o riquezas de que son poseedores, y esta noción no la cambiamos teniendo en cuenta la salud o temperamento de las personas, que pueden privarlos de todo goce en su posesión. Esto puede explicarse por los mismos principios que dan razón de la influencia de las leyes generales sobre el entendimiento.
      Esta reflexión es que las personas que son más vanidosas y que a los ojos del mundo tienen más razón de sentirse orgullosas no son las más felices, ni las más humildes las más miserables, como a primera vista podría imaginarse partiendo del anterior sistema. Un mal puede ser real aunque su causa no tenga relación con nosotros, puede ser real sin ser propio de cada uno, puede ser real sin mostrarse a los otros, puede ser real sin ser constante, y puede ser real sin hallarse sometido a leyes generales.
      Tales males no dejarán de hacernos miserables aunque posean sólo una pequeña tendencia a disminuir el orgullo, y quizá el más real y el más sólido mal de la vida es de esta clase.
      La relación que se estima más estrecha y que entre todos produce más comúnmente la pasión del orgullo es la de propiedad. Me será imposible explicar plenamente esta relación hasta que llegue a tratar de la justicia y otras virtudes morales.
      Es suficiente hacer observar en esta ocasión que la propiedad puede ser definida como una relación entre una persona y un objeto de modo que permite a aquélla y prohíbe a otras la libre posesión y uso de algo sin violar las leyes de justicia y equidad moral. Si la justicia, por consiguiente, es una virtud que tiene una influencia original y natural sobre el espíritu humano, la propiedad puede ser considerada como una especie particular de causa, ya consideremos la libertad que al propietario concede de operar como le place sobre el objeto o las ventajas que obtiene de él.
      Sucede lo mismo si la justicia, de acuerdo con el sistema de ciertos filósofos, se estima, una virtud artificial y no natural, pues el honor, costumbres y leyes civiles desempeñan el papel de la conciencia natural y producen en algún grado los mismos efectos. Es cierto, sea dicho de paso, que la mención de la propiedad lleva nuestro pensamiento al propietario y la del propietario a la propiedad.
      Cualquier cosa que pertenece a un hombre vanidoso es lo mejor que puede existir. Su casa, sus coches, sus muebles, vestidos, caballos, perros, son superiores en todos conceptos a los de los otros, y es fácil de observar que de la menor superioridad en alguna de estas cosas obtiene un nuevo motivo de orgullo o vanidad. Su vino, si se le da crédito, tiene un sabor más fino que ningún otro; su cocina es más exquisita; su mesa más ordenada; su servidumbre más experta; el aire en que vive, más saludable; en otras palabras: todos los objetos que son útiles, bellos o sorprendentes o relacionados con tales, pueden, mediante la propiedad, dar lugar a estas pasiones. Estos objetos convienen en producir placer y no convienen más que en esto.
      Si la propiedad de alguna cosa que produce placer por su utilidad, belleza o novedad produce también orgullo por una doble relación de impresiones e ideas, no debemos admirarnos de que la facultad de adquirir esta propiedad tenga el mismo efecto. Ahora bien: las riquezas deben ser consideradas como la facultad de adquirir lo que place, y sólo en este respecto influyen en estas pasiones. El papel podrá en muchas ocasiones ser considerado como riqueza, y esto sucede porque puede concedernos la facultad de adquirir moneda, y la moneda tampoco es riqueza, sino un metal dotado de ciertas cualidades, como solidez, peso y solubilidad; pero sólo él tiene relación con los placeres y ventajas de la vida. Considerando esto como verdadero, que es tan evidente en sí mismo, podemos sacar de ello uno de los más poderosos argumentos que yo he empleado para probar la influencia de la doble relación sobre el orgullo y la humildad.
      Nos sentimos agradados cuando descubrimos alguna capacidad de procurarnos placer, y nos desagrada que otros adquieran alguna capacidad que produzca dolor. Esto es, por experiencia, evidente; pero para dar una explicación precisa de la materia y explicar esta satisfacción y desagrado debemos considerar las siguientes reflexiones:
      Es evidente que el error de distinguir la facultad de su ejercicio no procede enteramente de la doctrina escolástica de la voluntad libre, que de hecho representa un papel insignificante en la vida corriente y tiene escaso influjo sobre nuestra manera popular y vulgar de pensar. Según esta doctrina, los motivos no nos privan de la voluntad libre ni nos despojan de nuestra facultad de realizar o no realizar una acción. Pero, según las ideas vulgares, el hombre no tiene este poder cuando existen motivos verdaderamente considerables entre él y la satisfacción de sus deseos y le determinan a no realizarlo que él desea hacer. Yo no pienso que he caído bajo el poder de mi enemigo cuando le veo pasar junto a mí en la calle con una espada al lado, mientras que yo me hallo desprovisto de arma alguna. Sé que el temor a los magistrados civiles es una defensa tan fuerte como un arma de acero y que yo me hallo tan seguro como si él estuviera encadenado o encarcelado. Pero cuando una persona adquiere tal autoridad sobre m. que no sólo no existe obstáculo externo para sus acciones, sino que también puede castigarme o premiarme como le plazca sin el menor miedo de castigo por su parte, yo le atribuyo un pleno poder y me considero yo mismo como súbdito o vasallo.
      Ahora bien: si comparamos estos dos casos, el de una persona que tiene motivos verdaderamente poderosos de interés o seguridad para evitar una acción y el de una que no se halla bajo tal presión, hallaremos, de acuerdo con la filosofía explicada en el libro anterior, que la sola diferencia entre ellos está en que en el primer caso concluimos de la experiencia pasada que la persona no realiza la acción, y en el último, que es posible o probable que la realice. Nada es más inconstante y fluctuante en muchas ocasiones que la voluntad del hombre, y nada hay más que los motivos poderosos que puedan ofrecernos una certeza absoluta al pronunciarnos en lo concerniente a las acciones futuras. Cuando vemos una persona libre dominada por estos motivos, suponemos la posibilidad de su acción o inhibición de su acción, y aunque, en general, podemos concluir que se halla determinada por motivos y causas, sin embargo, esto no quita la incertidumbre de nuestro juicio en lo que concierne a estas causas ni la influencia de esta incertidumbre sobre las pasiones.
      Ahora, es evidente que siempre que una persona se halla en tal situación con respecto a mí o que no hay un motivo poderoso para determinarla a que me dañe y, por consiguiente, es incierto que me dañe o no, yo me encontraré mal en tal situación, y no puedo considerar la posibilidad o probabilidad de este daño sin una sensible inquietud. Las pasiones no son sólo afectadas por sucesos que son ciertos e infalibles, sino también, en un grado inferior, por los posibles y contingentes. Y aunque quizá yo no experimente nunca realmente ningún daño y descubra por las consecuencias que, filosóficamente hablando, la persona no posee ningún poder de dañarme, puesto que ella no ha ejercido ninguno, esto no evita mi malestar, que procede de mi anterior incertidumbre. Una pasión agradable puede operar aquí lo mismo que una desagradable y sugerir un placer cuando yo percibo ser posible o probable un bien por la posibilidad o probabilidad de que otro me lo conceda por la supresión de motivos poderosos que pueden haberlo impedido antes.
      Pero podemos además observar que esta satisfacción aumenta cuando se aproxima algún bien de tal manera que se halla en el poder de uno tomarlo o dejarlo y no existe ningún obstáculo físico ni ningún motivo verdaderamente poderoso para impedir nuestro goce. Como todos los hombres desean el placer, nada puede ser más probable que su existencia cuando no hay un obstáculo externo para producirlo y los hombres no ven peligro ninguno en seguir sus inclinaciones. En este caso, su imaginación anticipa fácilmente la satisfacción y sugiere la misma alegría que si se hallasen persuadidos de su real y actual existencia.
      El avaro obtiene un placer de su dinero, esto es, del poder que le concede procurarse todos los placeres y ventajas de la vida, aunque sabe que ha poseído sus riquezas durante cuarenta años sin gozar de ellas, y, por consecuencia, no se puede concluir, por ninguna especie de razonamiento, que la existencia real de estos placeres está más cercana que si él se hallase enteramente privado de todo lo que posee. Pero aunque no puede llegar a una conclusión semejante mediante el razonamiento referente a la mayor proximidad del placer, es cierto que él imagina estar más cerca de aquél.
      La verdadera esencia de las riquezas consiste en la facultad de procurar los placeres y conveniencias de la vida. Por la misma razón que las riquezas causan placer y orgullo y que la pobreza da lugar al desagrado y humildad, debe el poder producir la primera de estas emociones y la esclavitud la segunda. El poder o la autoridad sobre los otros nos hace capaces de satisfacer todos nuestros deseos; la esclavitud, por someternos a la voluntad de los otros, nos expone a mil necesidades y mortificaciones.
      De ahí que nada tiene mayor tendencia a producirnos estima por alguna persona que su poder y riquezas, y nada tiende más a causarnos desprecio que su pobreza o mezquindad. La satisfacción que experimentamos por la riqueza de los otros y la estima que tenemos por sus poseedores puede ser atribuida a tres diferentes causas:
      Primero. A los objetos que ellos poseen, como casas, jardines, equipajes, que siendo agradables por sí mismos, necesariamente producen un sentimiento de placer en todo el que los considera o examina.
      Segundo. A la espera de ventajas por parte del rico o poderoso, por unirnos éste a su posesión.
      Tercero. A la simpatía, que nos hace partícipes de la satisfacción de todo el que se nos aproxima.
      Rara vez reflexionamos sobre lo que es hermoso o feo, agradable o desagradable, sin experimentar una emoción de placer o dolor, y aunque estas emociones no son muy aparentes en nuestro modo indolente y común de pensar, es fácil descubrirlas ya en la lectura, ya en la conversación.
      Además, la riqueza y el poder por sí, aunque no sean empleados, causan naturalmente estima y respeto, y que, por consecuencia, estas ideas no surgen de la idea de algún objeto bello y agradable. Es cierto que el dinero implica un género de representación de tales objetos por el poder que concede de obtenerlos, y por esta razón podría ser estimado apropiado para sugerir las imágenes agradables que hacen surgir la pasión; pero como esta posibilidad se halla muy distante, es más natural para nosotros considerar un objeto contiguo, a saber: la satisfacción que este poder proporciona al que lo posee. De esto nos hallaremos más convencidos si consideramos que las riquezas representan los bienes de la vida tan sólo por medio de la voluntad que las emplea; que, por consiguiente, implican, en su verdadera naturaleza, la idea de una persona que no puede ser considerada sin algún género de simpatía en cuanto a sus sensaciones y goces.
      Es claro que aunque las riquezas y la autoridad conceden indudablemente a su poseedor la facultad de prestarnos servicios, esta facultad no puede considerarse de la misma especie que la que le permite gozar a él mismo y satisfacer sus apetitos. El amor a sí mismo aproxima el poder y el ejercicio íntimamente en el último caso; pero para producir un efecto similar en el primero debemos suponer una amistad y benevolencia que nos una con la suerte del rico. Sin esta circunstancia es difícil concebir en qué podemos fundar nuestras esperanzas de ventajas por parte de las riquezas de los otros, aunque aquí nada es más cierto que estimamos y respetamos naturalmente al rico aun antes de descubrir en él una disposición favorable hacia nosotros.
      Puede pretenderse que estando acostumbrados a esperar socorro y protección del rico y poderoso, y estimarle por esto, hacemos extensivos dichos sentimientos al que se le asemeja en fortuna, pero del que no podemos esperar ventaja alguna. La regla general perdura siempre, y concediendo un impulso a la imaginación, hace surgir paralelamente la pasión del mismo modo que si el objeto que le es propio fuera real y existente.
      En resumen, no queda nada que pueda producirnos estima por el poder y riquezas y desprecio por la debilidad y pobreza más que el orgullo que surge de la simpatía, por la cual participamos de los sentimientos del rico y del pobre y tomamos parte en su placer o desgracia.
      La piedad y la malicia, son afecciones que surgen de la imaginación, según la situación en que coloca sus objetos. Cuando nuestra fantasía considera directamente los sentimientos de los otros y participa profundamente de ellos nos hace sensibles a las pasiones que considera, pero en particular a las de tristeza y pena. Por el contrario, cuando comparamos los sentimientos de los demás con los nuestros propios experimentamos una sensación totalmente opuesta a la original, a saber: alegría por el dolor de los otros y pena por la alegría de los otros.
      Esto es el único fundamento de las afecciones de piedad y malicia. Otras pasiones se funden después con ellas. Existe siempre una mezcla de amor o cariño con la piedad y de odio o cólera con la malicia. Sin embargo, debe confesarse que esta mezcla parece a primera vista contradictoria con mi sistema; pues como la piedad es un dolor y la malicia un placer que surge de la desgracia de los otros, la piedad debe producir en todos los casos odio y la malicia amor. Esta contradicción puede suprimirse así:
      La benevolencia o el apetito que acompaña al amor es un deseo de felicidad para la persona amada y una aversión de su desgracia, lo mismo que la cólera o el apetito que acompaña al odio es un deseo de la desgracia para la persona odiada y una aversión de su felicidad. Por consiguiente, un deseo de la felicidad de otro y una aversión de su desgracia son idénticos con la benevolencia, y un deseo de su miseria y una aversión de su felicidad corresponden a la cólera.
      Nuestra preocupación por los intereses propios nos causa un placer en el placer y dolor en el dolor de nuestro asociado, al igual que sentir dolor por el placer y placer por el dolor de nuestro rival.
      En general, podemos observar que es imposible hacer bien a los otros, por cualquier motivo que sea, sin sentir algún afecto de cariño o buena voluntad por ellos, del mismo modo que la injuria no sólo causa odio en la persona que la sufre, sino también en nosotros mismos.
      También hay que considerar, que cierto grado de pobreza produce desprecio; pero un grado que va más allá causa compasión y buena voluntad. Podemos tener en poco a un aldeano o a un criado; pero cuando la miseria de un mendigo parece ser muy grande o nos es pintada con colores muy vivos, simpatizamos con él en todas sus aflicciones y sentimos en nuestro corazón emociones evidentes de piedad y benevolencia. El mismo objeto causa pasiones contrarias, según sus diferentes grados.







Resumen sobre el libro “Goya”
De
Lion Feuchtwanger

*¿Qué es la historia sino el testimonio de aquellos que han vivido antes que nosotros?
Feuchtwanger nació en Munich en 1884 y creció en una casa que fue tanto judía como fervientemente patriota hacia Alemania. Esta dicotomía aparecería más tarde en sus obras escritas.
Lion sirvió en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, una experiencia que le llevó a una inclinación izquierdista en sus obras. Se convirtió en una figura conocida del mundo literario y ya era popular en 1925 cuando su primera novela con éxito, Jud Süss, fue publicada. También publicó Erfolg que era una crítica poco velada hacia el partido nazi y Hitler. El nuevo régimen fascista comenzó pronto a perseguirlo, y mientras que estaba en una gira de conferencias en Estados Unidos, en Washington D.C., Hitler llegó al poder y el embajador alemán, Friedrich Wilhelm von Prittwitz und Gaffron, le recomendó que no volviera. Su casa fue saqueada, y esto incluyó la pérdida de varios manuscritos. Feuchtwanger y su mujer no volvieron a Alemania; se trasladaron al sur de Francia, estableciéndose en Sanary sur Mer. Sus trabajos estaban incluidos entre los quemados por los nazis. Su ciudadanía alemana fue retirada por el régimen nazi; fue declarado por éstos como el Enemigo número Uno del Estado. (Esto se menciona en su novela Der Teufel in Frankreich -El diablo en Francia-).
A Feuchtwanger el trabajo en la novela Goya le llevó casi 7 años. Esta fue publicada en 1951.
Resumen de la obra
El pintor español, grabador y litógrafo Francisco José de Goya y Lucientes, nació el 30 de marzo de 1746 en Fuendetodos, en Aragón, España. Murió en el exilio francés, en Burdeos, el 16 de abril de 1828.
Antes de cumplir los 30 años se casa con Josefa Bayeu, la hermana del famoso pintor de cámara.  Tuvieron 20 hijos, pero solo uno sobrevivió.

La novela empieza en los años madrileños después de 1775. El país era el más medieval de Europa.  Sus ciudades, sus trajes, típicos, los ademanes de sus gentes, incluso sus rostros parecían como de una época anterior.
Todavía el clero y la nobleza tenían una alianza indisoluble, para mantener al pueblo en una fuerte devoción tanto a la fe como al trono.

En aquella época reinaban en España monarcas extranjeros, soberanos de origen francés, Borbones.
Poco a poco ideas más modernas iban penetrando en el país, pero mientras la nobleza cambiaba con el tiempo, el conjunto de la población se aferraba con tenacidad a lo viejo.  Con verdadero afán, el pueblo asumió los derechos y obligaciones que los grandes señores habían abandonado.
En España el pueblo idolatraba a sus monarcas, a pesar de que fueran de origen francés y se comportaran de modo poco digno.  Para el pueblo, el Rey seguía siendo el Rey, un Grande, seguía siendo un Grande.
Goya ya era conocido entre los nobles que le encargaban retratos, dibujos para gobelinos y escenas de batallas.
Mal pagado porque a pesar de que sus obras gustaban, todavía no era considerado como uno de los grandes pintores.
El gusto por el arte estaba relacionado con los llamados clásicos donde lo importante era respetar la línea;  y el color solo se utilizaba para rellenar.

Goya era un hombre sumamente observador sus pinturas estaban llenas de detalles, fue creciendo en su arte al darse cuenta que en los retratos clásicos sí era reconocible el modelo, pero carecían de personalidad.  En su búsqueda por la perfección y jugando con el color se dio cuenta que suavizando la línea y utilizando grises argentados daba a los rostros la expresión que quería manifestar: fuerza, ira, debilidad, belleza, grandeza, humildad, inteligencia.  Así poco a poco sus retratos fueron despertando verdadero interés, cada vez el Rey Carlos IV y su esposa la Reina María Luisa se hacían retratar de diferentes maneras. 
A la muerte del pintor Bayeu, cuñado de Goya, este paso a ser el primer pintor de cámara y director de la Academia de Arte.
En esta época Goya utilizó su nueva técnica y realizó obras muy reconocidas como la familia de Carlos IV, aunque con esta nueva forma de utilizar el color muchos lo consideraban que se estaba saliendo de los clásicos, no obstante reconocían a Goya como un pintor excelente y todos querían obras suyas.
Con su técnica en general las obras de Goya dan la impresión como si las personas estuvieran medio flotando, no se ven totalmente en el piso.
Se apasionó con la Duquesa de Alba y durante el tiempo que duró el romance pintó  a muchísimas mujeres, a la duquesa no lograba pintarla porque sentiaque no la conocía a fondo, había algo en ella que se le escapaba, pintó la maja desnuda y la maja vestida, para darle gusto con lo referente a la ropa de las majas, y para expresar ahí toda la pasión, aunque Goya nunca la reconoció como una mujer del pueblo, para él siempre fue una condesa.  Sin embargo las 2 majas no llevan el rostro de la duquesa. Es una de sus obras más reconocidas.
Cuando el desengaño llegó y logró ver a la condesa como era verdaderamente: con muchas facetas, logró pintarla en diferentes cuadros, ya como bruja, como intrigante, como desalmada, como dulce e ingenua.

Durante toda su vida Goya tenía crisis severas de sordera cada que estaba sometido a mucho estés, cuando esto ocurría se sumía en una rabia infinita y se deprimía; en estos momentos veía fantasmas que lo atemorizaban, monstruos, animales extraños que lo querían devorar, todo esto lo dibujaba con la idea de echarlos de su mente y que no volvieran.
Hacia los 50 años cuando su carrera como pintor de cámara estaba en verdadero ascenso, y su idilio con la duquesa florecía, ella lo engaño, y sufrió una de sus más terribles crisis.  Desde ahí no volvió a recuperar nunca el oído.  Se vistió con ropajes simples y viajó por España a lomo de una mula acompañado de un mulero.  Con la idea de asumir su nueva realidad de sordo.  Vio todo con mayor claridad, todo lo que iba sucediendo a su paso lo atesoraba en su mente, cuando por fin regresó a Madrid dibujó todo aquello que había visto, y sus fantasmas y demonios los hizo en grabados, plasmó en ellos toda la decadencia del alto clero, la inquisición y la realeza.
Cualquiera que los viera entendería perfectamente quienes eran los asnos, quienes los demonios, quienes los fantasmas.  Estos grabados los vieron sus amigos y quedaron maravillados de la audacia de los dibujos, y de la grandeza en este nuevo arte que no tenía nada que ver con los clásicos. Algunos le recomendaron mostrarlos para que todos vieran que “ya era hora”, otros más prudentes le aconsejaban que no los mostrara porque la inquisición lo perseguiría.
Después de mucho pensarlo decidió mostrarlos, porque ¿para qué sirve el arte si nadie pude mirarlo?
Imprimió sus grabados y salieron a la venta. Inmediatamente después fue requerido por la inquisición.  A uno de sus amigos se le ocurrió que con motivo de la boda de la hija del Rey le regalara a este sus grabados, para que desde la Casa Real se imprimieran y quedar así protegido.  Siendo un regalo ni el Rey ni la Reina iban a suponer que les regalaría algo donde ellos estaban incluidos.
Así se hizo, pero la Reina sumamente inteligente si se vio en uno de los grabados, sin embargo aceptó el regalo, se imprimieron muchísimas copias con grandes ventajas económicas para la corona.
Después Goya siguió viviendo solo en la Quinta del sordo, y empezó a pintar un fresco en su casa.
La novela termina aquí.

Conclusión
Es una novela fascinante, narra toda la época de la vida de Goya, el panorama de la España del siglo XVIII, con la Inquisición aferrada a la Edad Media, que apenas tiene todavía influencia en la Casa Real. El surgimiento de la época moderna desde Francia, el surgimiento burgués de los comerciantes y proyectistas. Describe con detalle las obras de Goya como fue evolucionando y descubriendo una nueva técnica de pintar que hizo de su arte una manera muy suya, “muy Goya”. Se le considera uno de los grandes en la pintura Impresionista aun antes de que este concepto se hiciera famoso en la pintura francesa de finales del siglo XIX.

TOLEDO

Dimensiones de la Crisis
Otro mundo ¿es realmente posible?

Víctor M. Toledo

La lectura nos da una introducción describiendo todos los problemas que en este momento el mundo está enfrentando. Nos comenta el gran aumento de distintos fenómenos, como el de la demografía, que en tan solo cien años (de 1900 a2000), la población creció más de cuatro veces a la de ese entonces. Otro fenómeno es el de la economía mundial que, en el mismo lapso de cien años, se incrementó catorce veces (cantidad manejada en dólares). El consumo de energía, basado en el petróleo, aumentó dieciséis veces. Otras cifras que, ciertamente son importantes mantener sin alteraciones, pero desgraciadamente no es posible, son el consumo de agua, el cual aumentó nueve veces; las emisiones de CO2, principal contaminante de la atmósfera, es de trece veces; y las que rebasan toda perspectiva son las emisiones industriales, con aumento de cuarenta veces.

Un aspecto que cada vez ha tenido más importancia en la degradación de la Tierra, es el acrecentamiento de la producción de autos y crianza de reses, ya que por cada dos personas que nacen al año, se fabrica un auto y los residuos que se generan en el proceso son excesivos y muy contaminantes. En el caso de las reses, se han destruido millones de hectáreas de selvas tropicales para que éstas puedan ser criadas y, de igual forma, durante la vida del ganado, se contamina constantemente de diversas maneras. Los datos anteriores me parecieron sorprendentes, con cifras que aumentan demasiado y, que dentro de poco tiempo, este aumento será exponencial. Ahora sabemos que, tanto los avances tecnológicos como los de la industria, no solo nos proporcionan una forma más cómoda e incluso lujosa de vivir, sino que al mismo tiempo destruye drásticamente el lugar donde vivimos: la Tierra.

El artículo nos habla de la posibilidad de tener otro mundo y, aunque básicamente es imposible por las situaciones que se están dando en todo el planeta, propone que la única forma es restaurar los sistemas financieros, inculcar y ejercer el respeto hacia la naturaleza, cambiar el origen de las fuentes de energía, producir tecnologías diferentes, sin los efectos que causan las actuales, etc., sin embargo, yo pienso que los principal es cambiar la mentalidad del ser humano para hacer conciencia de los daños que todos causamos y el futuro que nos estamos creando. Pero como mencioné anteriormente, esto es casi imposible, ya que se requiere cambiar toda estructura, función y finalidad de la humanidad. En mi punto de vista, la única posibilidad que existe para que esto se pueda lograr, es que este cambio comienza desde el hogar; evidentemente, de esta forma, es más fácil, pero si hay más hogares que logren el cambio, pronto será un barrio, después una colonia y, si el cambio se sigue promoviendo e impulsando por las naciones, el resultado será positivo.




Las musas de darwin

 En el libro Las musas de Darwin de José Sarukhán, se nos narra a detalle toda la formación de las ideas Darvinianas. Empieza el autor por explicarnos un poco sobre los hechos que anteceden a sus descubrimientos, el escenario intelectual, los inicios de la Biología desde Empédocles y Aristóteles (primeros en hablar de un posible origen de las especies), pasando por el creacionismo y sus variantes, el progresionismo, los pensamientos teológicos y su influencia, hasta los hombres predarwinistas como el conde de Bufón y Lamarck.
 A pesar de esto es importante mencionar que las Musas de Darwin no sólo es un texto informativo en el cual se nos llena de datos. También nos ayuda a ver a Darwin desde una perspectiva mucho más humana que la ya estereotipada de cualquier gran científico: alguien que jamás titubea ni pasa por tribulaciones, completamente seguro de sí mismo, sin cometer errores y con un camino impecable. Se podría decir que le da un giro interesante a lo que fue la Historia, porque al verlo como un ser humano cualquiera el lector se puede ver identificado y, quien sabe, quizás incitarlo a seguir un camino similar al de Darwin. Además, se incluyen datos interesantes para fundamentar esto. Por ejemplo, se menciona que el propio Darwin fue influido por los granjeros y agricultores de su época. Es importante considerar que nació en plena revolución industrial en Shrewsburry, Inglaterra, una población rural. Debido a esto siempre estuvo en contacto con la naturaleza y sintió una fascinación por ella desde temprana edad. Estuvo familiarizado con distintas plantas y animales, junto con sus comportamientos y la diversidad de formas generadas en ambos. Me parece increíblemente importante para el libro el hecho de que algunas partes están inclusive escritas a manera de narrativa, un ejemplo claro de esto es: ”Charles comenzó a desempacar la pesada maleta de cuero que su padre le había regalado algunas navidades atrás; extrajo sus robustos zapatos de campo y varios utensilios de su profesión, que había envuelto cuidadosamente entre su ropa…” (Sarukhán,1988, 43). Considero esto de gran importancia debido a que no sólo mantiene al lector interesado en continuar la lectura, sino que además nos da una perspectiva mucho más realista y adecuada de las circunstancias que se vivieron en ese tiempo. Me agrada que el autor no cae jamás en la ambigüedad sino que siempre, con precisión admirable nos detalla todo tipo de sucesos.
 Por otra parte, me pareció interesante aprender, por ejemplo, que bajo ciertas circunstancias sí es posible controlar la evolución. Al llevar a cabo la selección artificial se tiene como objetivo intentar mejorar las características y los cambios que van a ocurrir en el organismo.
 Es casi impresionante que todas las ideas que en un momento se nos hacen las mejores sean tan solo las cosas mas obvias que podemos pensar en otro momento. Y por esto mismo no ha sucedido pocas veces que personas diferentes en condiciones totalmente diferentes pueden llegar a las mismas conclusiones con experimentos similares. También las ideas evolucionan, se hibridizan, se plantean de diferentes formas y forman otras nuevas y mas complicadas. Esto es sencillo de pensar, pero cuando uno quiere lograr poner en práctica esto resulta algo difícil pues uno muchas veces no confía en sus propias relaciones mentales.
 El progreso de la biología depende en gran medida del desarrollo de conceptos en los que expresan usualmente los biólogos sus generalizaciones. Es por  eso que Darwin puede ser considerado todo un genio. Pero algo que tuvo mucha importancia en esto de sus ideas fueron los pensamientos religiosos que fueron muy influyentes en esa época y que fueron tan difíciles de cambiar en la mentalidad de la gente, pero no estuvo solo, ya que el creacionismo era cada vez menos satisfactorio. Podríamos decir que estuvo en el momento correcto en el lugar correcto, y que simplemente fue cuestión de suerte, sin embargo era un hombre de grandes capacidades tanto científicas, intelectuales y humanas.  De Darwin debemos aprender como cada persona en su vida le dejo algo que le sirviera, un simple granjero no fue poca cosa para él.
 Pero entonces cabría preguntarnos, ¿qué fue lo que hizo de Darwin el gran científico y genio al que conocemos? Los puntos fuertes de Darwin para poder llegar a ser un hombre de renombre no fueron tan sencillos. Podríamos mencionar demasiados: su espíritu aventurero (pues no cualquier persona se lanzaría al mar a un viaje de esas magnitudes basándose en una hipótesis o quizás en una corazonada), su apego a sus convicciones, su humildad (nadie daría hipótesis sobre un tema que es su fuerte y aceptaría tan fácilmente estar en un error al otra persona hacer conclusiones sobre el mismo tema), un golpe de suerte, el azar (haber vivido en una zona rural), al haber mandado todos sus descubrimientos a los museos nacionales sin importar los superior del museo de historia natural de Francia, la gente con la cual se relacionaba y sus maestros, (pues siempre estuvo rodeada de la crema y la nata de lo que se refiere al campo de la investigación biológica, un muy buen ejemplo puede ser Lyell), sus influencias, etc. Sea como fuere, lo importante aquí es que Darwin trasciende hasta nuestros tiempos y vino para revolucionar al mundo con sus ideas y descubrimientos.
      Su viaje en el Beagle es sin duda alguna su mayor logro pues con solo haber estado unos cuantos años en este largo recorrido por el mundo, pudo seguir recogiendo los frutos de sus investigaciones a bordo hasta el final de sus días. Esta fue realmente su gran oportunidad y lo que lo llevó a sus descubrimientos y posteriormente a escribir libros trascendentísimos en nuestra historia. Darwin acepto de muy buena forma los innumerables cambios que se presentaron en su camino por la vida y es por esas mismas decisiones por las cuales lo conocemos ahora. Era un hombre que no se conformaba con lo existente, sino que siempre se preguntaba y analizaba todo lo que a su alrededor se encontraba. Leía todo lo relacionado a su campo y un poco mas, y con esto comparaba sus ideas con las de los demás, estando siempre en constante innovación y, ¿por qué no? En evolución.
 El conocimiento que nos dejo Dawin sobre la diferenciación de las especies no es todo en si, pero si fue una de las mas grandes e importantes contribuciones que ha tenido la humanidad en lo que es este conocimiento, es por eso que Darwin es y seguirá siendo estudiado por las generaciones venideras. Esto lo podemos decir gracias a que él no dejaba nada a la ligera, todos sus conocimientos los ponía en papel y los publicaba para darlos a conocer. Fueron bastantes sus publicaciones y de muy diversos temas, algunos fueron bien recibidos por la gente y otros no tanto, pero Darwin no se dio por vencido y siguió aportando mas y mas.
 El haber leído este libro puede ser tomado como un camino a seguir. Con esto no me refiero a seguir los pasos de las ciencias biológicas, sino aplicar las decisiones y los métodos tomados por Darwin para lograr su propio éxito. Darwin siempre había sido conocido por la mayor parte de la gente solo por sus ideas, mas no por su persona en si, esto nos hace conocerlo más como un ser humano y verlo mas cerca de nuestro mundo y de nuestra realidad. El aproximarnos a los errores y tropiezos de una eminencia de la Biología nos hace darnos cuenta de la dificultad del camino a seguir, sin embargo, definitivamente a la larga los esfuerzos nos serán redituables y muy provechosos.

jueves, 26 de abril de 2012

RECORRIDO DE APRENDIZAJE

El santuario y el hogar de más de 300 especies de aves, la mayoría de estas en peligro de extinción. En más de un sentido este lugar es único pues ha sido catalogado como uno de los aviarios más grandes y diversos del mundo.
Un espacio ideal para contemplar y entrar en contacto con la naturaleza de una manera cercana y única.
Son una asociación civil dedicada a la conservación y reproducción de aves en peligro de extinción, la cual se mantiene de donativos en un 100% sin fines de lucro, esto es para fomentar la educación y difundir la existencia que albergan en sus instalaciones.
La creación de “El Nido” fue posible gracias a la exitosa labor que ha venido desempeñando por más de 40 años una institución madre llamada Vida Silvestre Jesús Estudillo López A. C., institución dedicada a la conservación de especies de aves en peligro de extinción.
Vida Silvestre JEL A. C. es reconocida internacionalmente por ser la primera en lograr exitosamente la reproducción de especies tan amenazadas como el quetzal, el pavón y numerosas especies más.
Durante muchos años sólo los académicos, investigadores y hombres de ciencia tenían acceso al trabajo que Vida Silvestre JEL A. C. desempeñaba. Sin embargo, para conservar a las especies con mayor éxito era necesario generar conciencia en las nuevas generaciones. Fue así como se abrieron las puertas a los niños, a los jóvenes y a las familias mexicanas a través del parque “El nido”.
En mi opinión visitar EL NIDO es de gran importancia pues además que podemos observar y estar en contacto directo con especies en peligro de extinción aprendemos mucho sobre estas y es magnifico como estos animales tan bellos pueden lograr que cambies tu punto de vista sobre que el hombre es superior a ellos, verlos de cerca es una experiencia inolvidable pues en ningún otro lugar había logrado estra en contacto con animales como el águila , o felinos , cotorros  etc.
También pudimos observar adaptaciones de diversos animales y esto esta muy relacionado con el tema que estamos viendo que es selección natural y adaptación pues ay especies que han mutado no por necesidad si no por cuestiones como recombinación genita y estas mutaciones resultaron benéficas por lo cual lograron sobrevivir , mis compañeros mencionaron una especie de ave que tiene una especie de válvula en la frente y esta logra filtrar el agua y separar la sal dejando solo el agua .  
En conclusión el NIDO  es un lugar extraordinario y gran patrimonio de la humanidad pues para mi es un santuario que todos deben visitar .

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jueves, 22 de marzo de 2012

EL ULTIMO TURQUITO

EL último turquito
Miguel Alvares del Toro
El lugar donde se desarrolla esta historia es una de tantas y tantas heridas por donde Chiapas exhibe su caliza; donde manos irresponsables han quitado la exuberante cabellera que formaba el bosque, dejando mondo el cráneo de la roca; donde se ha levantado una raquítica cosecha de maíz a cambio de quemar una fortuna; donde en minutos la ceniza ha reemplazado a la fibra vegetal que tardo siglos y milenios en formarse; donde la hecatombe empezó cuando un bípedo, insignificante ante la grandiosidad de la Naturaleza pero creyéndose su amo, llego armado de un hacha y gran ambición, tapados los ojos por la ignorancia, sellados los oídos por el tintinear del dinero.
Aguas limpias, saltando sobre las piedras y formando cristalinas pozas, corren por el fondo de un pequeño barranco, arrullando con su murmullo a los turipaches que esperan el sol sobre una roca, verde por tanto musgo que la cubre y húmeda por el salpicar del agua. La humedad se hace visible en una tenue niebla que lentamente escurre entre la maraña y flotando, flotando llega hasta las copas de los gigantes milenarios cuyo follaje compite con el de las enredaderas que trepando por los carcomidos troncos tejen mallas de caprichosas vueltas, por donde escapan ágilmente los monos al ser espantados por la sombra del águila arpía. Las campánulas azules, blancas y rosadas abren sus corolas al fresco de la mañana, dando colorido al verde oscuro del follaje y permitiendo la entrada a las primeras abejas silvestres que afanosas buscan el perfumado polen; de vez en cuando aparece un abejorro de abigarrada pelambre.
Por el cayado de un helecho arbóreo trepa muy lentamente una pequeña serpiente de moteado color y siniestros ojillos, es la muerte que acecha la distracción de algún incauto pajarillo y es observada con temor por un lagarto verde que reposa sobre una ancha hoja. En la húmeda penumbra empiezan a revolotear las primeras mariposas morfos de alas azul metálico y en un recodo próximo florece un arbusto que congrega numerosos chupaflores cuyo plumaje lanza variados destellos de joyería policroma; mientras unas reinitas de celeste colorido esperan impacientes a que las belicosas avecillas les permitan participar del nectaríneo banquete.
Entre un oscuro bejucal se dispone a dormir su día una pareja de tecolotes de albos cuernecillos y rojizas caras, sus ojos entornados observan discretamente a un grupo de cucayos que pegados al carcomido tronco también pasarán el día, apagados sus minúsculos faros de fría luminosidad. En la cima de la loma, toda cubierta de bosque, se escuchan los rasposos gritos del tucán, que desde la punta de un gran árbol domina el horizonte, oteando siempre la floresta en busca de la frutilla madura. Abajo del mismo gigante centenario y oculto entre la maleza que cubre el húmedo suelo, un pequeño siervo rojizo lame su pelaje, mientras abrazada a una retorcida liana, una ardilla oscura gimotea su alaarma ante la sombra de un gavilan que pasa.
En un arbolillo de mediana altura y racimos de maduras frutillas, danzan su cortejo amorosos varios turquitos de plumaje negro y rojiza cabeza, de patas amarillas y ojos blancos. Las hembras de verdoso ropaje observan, ya interesadas, ya indiferentes, lo complicados saltos y volteretas de los rechonchos cuerpecillos de los machos ocupados en tan ritual competencia. Van y vienen, saltan y chillan, revolotean a veces, todos siguiendo la misma ruta de ramitas cuidadosamente despojadas de follaje. Cuando un grupo se cansa toma su turno como espectador y a su vez contempla a los danzantes o mira con gozo el verde panoram ade verdes laderas, todo apretadamente cubierto de espesa vegetación. De vez en cuando la asamblea se disuelve y durante largos minutos los pajarillos devoran glotones las jugozas frutillas, luego retornan a la danza amorosa. Son, ni más ni menos, que una parte del conjunto armónicos de la Naturaleza.
Mas una mañana, igual como la descrita se escucha un sonido nuevo. Un ruido nunca antes escuchado y que paraliza momentáneamente a las criaturas del bosque. Es un sonido sordo, acompasado por un “tac” ominoso. Es la barbarie que llega con disfraz de progreso, con pretexto de necesidad. Es el desierto que en hombros de los bípedos humanos toca a las puertas del bosque.
Era un sonido raro para la floresta, mas ajenos al funesto presagio, los animalillos pretenden acostumbrarse hasta que un estruendo los sobrecoge de nuevo. El primer gigante, que imposibilitado para escapar sintió cómo le cortaban sus ataduras a la madre tierra, se viene al suelo, inútilmente arañando con sus ramas a los vecinos en un desesperado afán por sostenerse. Así gimiendo y aplastando hace retumbar el suelo con su peso, asombrado de aquellos minúsculos seres que le han cortado su tronco; aquellos seres que hace apenas unos días alimentó con sus frutos, que hace unos días protegió con su sombra deteniendo los ardientes rayos del sol.
La destrucción avanza. Primero es una cinta que taladra el bosque y ya los habitantes de la floresta se han acostumbrado al paso de humanos por el camino, solos o en grupos, caminando o cabalgando sobre sus monstruosos aparatos. Creen que el daño a su intimidad fue sólo esa cinta talada y el paso de esos peligrosos seres; esos seres que se detienen de cuando en cuando para dar muerte innecesaria a los incautos animalillos que inconscientemente se atreven a salir a la orilla del camino. Pero muy pronto salen de su error, esa cinta desnuda es sólo el prólogo, el epílogo trágico viene unos pasos atrás.
Los seres arrogantes tan insulsos que en sus creencias dicen que todo en la Naturaleza fue hecho para servirlos, ya no tan sólo pasan de largo. En la lejanía aún se escuchan los gemidos de los gigantes sacrificados para abrir esa brecha, que malamente se transforma en heraldo de la destrucción, cuando se escuchan nuevamente los sonidos del hacha fatal que muerde ya a la vera del camino y vorazmente avanza ladera arriba. ¡Habitantes del bosque escuchad! Es la marabunta humana que llega arrastrando tras sí la desolación.
Es la evolución que la Naturaleza perfeccionó para suicidarse. Son los ilusos que se creyeron reyes de la creación y destrozando, corren vertiginosamente hacia su propia destrucción.
Pasa un año pasan dos. Los habitantes móviles del monte pretendieron huir, inútilmente, al norte, al oriente, al poniente, al sur; sólo encontraron desolación, ya el humano había pasado por ahí. Los vegetales, anclados a la tierra, incapaces de huir, tuvieron que esperar aterrados hasta que esos seres destructores, incapaces de escuchar los alaridos de terror vegetal, los gemidos de los gigantes milenarios desangrados en el suelo, llegaron machete y hacha en mano derribando y derribando, luego quemando y quemando.
Las rocas desnuda constituyen ahora todo el escenario, mezcladas aquí y allá con tocones calcinados, con madera preciosa chamuscada. Primero estuvieron disimuladas por el verde del maíz, después un poco menos y finalmente las raíces ya no encontraron tierra que nutriera a las plantas y éstas no crecieron lo suficiente ni para ocultar las rocas; entonces los destructores dejaron el lugar y buscaron nuevos bosques para transformar en desiertos.
Donde el panorama era verde y por las mañanas se velaba por la húmeda niebla, ahora es blanco y es gris y también se vela por las ondas de calor que desprenden las desnudas rocas y el suelo al ser tocados por el sol. En lo alto de un pináculo rocoso, tan escarpado que el hachero no pudo escalar, pero hasta donde si llegaron las terribles llamas, sobreviven apenas unos cuantos arbustos achicharrados a cuya raquítica sombra se refugia un pajarito triste, de raído plumaje negro y cabeza roja. Sus ojos de iris blanco miran incrédulos aquella desolación y sus persistentes silbidos desesperados son una maldición para los hombres que no supieron coexistir, que no supieron tomar sin destrozar y que mañana ellos mismos estarán en la misma condición que el turquito.
Los gritillos del turquito persisten, el pajarillo no quiere creer que ya nadie contestará su llamado. Su débil canto sólo es oído con indiferencia por un tordo de enlutado plumaje, nuevo recién llegado como eterno seguidor del hombre y su destrucción; una de las pocas criaturas silvestres que pueden adaptarse a vivir junto con el caos del hombre. El turquito suspende unos momentos sus angustiosos llamados para buscar una de las pocas frutillas chamuscadas, ¡mas hace poco comió la última! Además del hambre lo atormenta la sed, el arroyo hace tiempo está seco, hace días enmudeció el último lodo aprisionando el cadáver de la última rana; el rocío ya no se condensa más y la niebla húmeda ya no existe. Este día también el arbustillo llega al límite de su resistencia y las últimas hojas aún verdosas se doblan hacia abajo.
Los gritillos del turquito se escuchan nuevamente, pero ya no son iguales a los de su especie, ya no es canto de amor, ya no es canto de alegría, es lamento de desesperación. El pico abierto porque las desnudas ramas ya no proporcionan sombra alguna que lo proteja del sol; los músculos de la laringe débiles ya por la falta de frutillas jugosas. Apenas puede volar y saltando llega a la ramita más alta. Una vez más otea el horizonte desolado, más hasta donde alcanza la vista no hay un solo arbolado prometedor; no es posible que por ninguna parte se escuchen cantos o gritos de sus congéneres, no comprende que uno a uno fueron cayendo a tierra, que él, más fuerte, sobrevivió hasta lo posible.
El piquillo abierto, el plumaje erizado, el turquito descubre algo blanco que se abre paso entre las ondas de calor.
Es un chamaco que bañado de sudor sube la loma, camino del lugar donde, allá lejos, sigue la tumba de otro trozo de monte; tiene el rostro enrojecido y la desesperación por tanto calor quiere invadirlo. Por un momento ¡que ironía! Se agacha en la escasa sombra que proporciona el chamuscado tronco de un chinine, el mismo que hacía tiempo le proporcionó grasosa fruta para saciar su hambre, cuando aún estaban en la tarea de asesinar árbol tras árbol, él, su padre y su tío.
El tronco muerto, ennegrecido, no proporciona mayor alivio contra ese calor y el chamaco campesino sigue su camino por el árido paisaje. La vereda sube hasta el pináculo rocoso y en la punta de un arbustillo secarrón, el chamaco descubre un pajarillo que parece muy manso por estar desfallecido. Es un pajarillo negro y rojo, con sus blancos ojos entornados y el piquito abierto por la sofocación. Olvida un momento su cansancio y rápido saca la fatal resortera. Zumba una piedra que golpea un cuerpecillo casi muerto de sol, de hambre y sed. Como si tal cosa, el chamaco ni se digna dar una segunda mirada a su inocente víctima y calcinado por el ardiente sol apenas si recuerda la belleza de este lugar, cuando recién llego acompañado de su padre en los comienzos de la rosa. Apenas los dulces chicizapotes que comiera y hasta reconoce los árboles al ver sus troncos negros, derribados, llenos de polilla, la mitad convertidos en ceniza.
Sobre una roca áspera, moviéndole las plumillas el caliente aire, está el inmóvil cuerpecillo rechoncho del último turquito. Es la mano del hombre que ha pasado por aquí. Es la civilización que ya llegó por acá.


Glosario:
Turipache: reptil parecido a una iguana.
Musgo: plantas que habitan lugares húmedos.
Campánulas: flores.
Corolas: Parte de la flor formada por pétalos generalmente coloreados.
Follaje: Hojas de las plantas.
Polen: Parte de las plantas que lleva el gameto masculino.
Chupaflores: colibríes.
Policroma: De muchos colores.
Reinitas: pájaros de color azul.
Celeste: Azul.
Nectaríneo: Que proviene del néctar, líquido azucarado que producen las plantas para atraer diversos animales.
Albos: Blancos.
Cucayo: Especie de lagartija.
Oteando: Registrar desde un lugar alto lo que está abajo.
Floresta: Terreno frondoso y ameno poblado de árboles.
Lianas: Plantas trepadoras de los bosques tropicales con tallos muy largos, leñosos, parecidos a cuerdas.
Cortejo: Conducta de algunos animales que se presenta previa a la reproducción.
Ladera: Declive de un monte.
Ominoso: azaroso, de mal agüero.
Talada: Corta de árboles en masa hasta dejar rasa la tierra.
Epílogo: última parte de un discurso o novela.
Heraldo: mensajero.
Marabunta: Nombre que s le da a una hormiga muy destructora.
Tocón: Parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz.
Milpa: Sembradío.
Pináculo: Pare superior o más alta.
Escarpado: Que tiene gran pendiente.
Tordo: Pájaro estornino.

Critica

En esta historia se narra en un principio el daño que el hombre y la urbanización le causa a un bípedo ente la majestuosidad de la naturaleza, esto se ha causado durante varios años.

También se narra o mas bien el autor nos describe muy detalladamente toda la biodiversidad que existe en el bosque húmedo, como por ejemplo; algunos insectos, mamíferos, reptiles y aves que podemos encontrar en este ecosistema, entre los que destacan los turipaches y los cucayos, también; el tucán, el gavilán, los chupaflores y nuestro protagonista el turquito.

Esta lectura en lo personal me ayudo a comprende y reflexionar acerca de los problemas ambientales que actualmente abundan como lo es, la urbanización y explotación de ecosistemas, los incendios provocados por el hombre, la deforestación o la tala inmoderada. Esta lectura nos habla de una realidad, ya q esta puede ser una historia verídica ya que gracias a nuestra falta de educación, la ignorancia y el aumento exponencial de la población, hemos cometido todas estas atrocidades.

Este problema desafortunadamente está presente en todos los ecosistemas y no nos detenemos a pensar en este problema y mucho menos pensamos en las consecuencias.